El día que me haya ido
será mi descanso compañero de la tierra,
el cielo y del olvido.
Será mi amor parte de los que me han querido
y en los que vengan después de ellos, un recuerdo
y después uno vano, y por último el olvido.
Quedarán atrás unos pasos lejanos
como huellas del camino,
hasta que los que siguen avancen tanto
que sean borradas para siempre
por el viento del olvido.
Sobrevolaran los pajaros de la nada
por las cimas de la suerte
de haber existido.
No existirá el nombre,
ni el don, ni la esencia,
más que esparcida la materia,
formando parte de esta tierra,
como un día había sido.
Y la evidencia de que otros después de mi
pudieron seguir los pasos de este camino,
esos de los que yo forme parte,
y por los que ahora llevo el testigo.
Hasta que el tiempo lo transforme todo,
todo lo que soy en olvido.
el olvido de la existencia.
A todos los que han entendido lo que han venido a hacer en este mundo.
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